lunes, 16 de febrero de 2015

Soñar es de cobardes.

Recuerdo cuando entraste en el grupo. Éramos, por aquel momento, las únicas gaditanas (aunque bueno, eres de Jerez, eso te deja en la parte más baja de la escala de la provincia). En un primer momento, no me pareciste el tipo de persona con la que entablar una amistad. Es difícil encontrar polos más opuestos.
Y, sin embargo, aquí estoy hoy. 5462 km nos separan. A penas un puñado de horas cara a cara nos unen. Pero cuánto poder pueden tener los recuerdos... Desde ese día en Cádiz, con sus montaditos, su playa, sus "no te imaginaba así" a las lágrimas en Madrid. Pero entre pantallas se queda mucho más. Horas de risas, apoyo, cariño. Conversaciones por el grupo llenas de idioteces. Lunas de WhatsApp. Poco a poco te convertiste en mi amiga, en parte fundamental de esta experiencia, y espero que alguien con quien comparta aún mucho más. Porque lo bonito de esto es, sin duda, los que nos queda por andar.
Primer cumpleaños que te felicito, día en el que solo se me ocurre darte las gracias. Has estado ahí siempre que lo he necesitado, me has comprendido como nadie. Eres enorme, Lydia, que nadie nunca te deje creer lo contrario. Puedes comerte el mundo las veces que quieras.
Espero que disfrutes de los 17, y desde este momento me estoy autoinvitando a tu fiesta del año que viene. Pero, de momento, disfruta de Kamloops, de Canadá, de esta experiencia. Exprime el tiempo que te queda a este lado del Atlántico y deja  huella. Nunca dejes de reír como lo haces y alegrar la vida a los que te rodean. De ser tan sensible, tan tierna, tan humana.
Todas estas palabras, todas las veces que pueda decirte lo mucho que te quiero, no se pueden comparar a lo bonito que va a ser vernos de nuevo. Y es que ya no queda tanto.
Felicidades, Lydia.

Aquí acaba mi intervención, pero nuestro amor, Marcos, escribe también en esta entrada. Te dejo con él. Disfruta.

Estábamos allí en aquella sala estresados, preguntándonos cómo sería el examen, poniéndonos nerviosos viendo cómo la gente repasaba pilas de libros de inglés, viendo llegar a sectas de niñas de colegios privados que parecían fotocopias una de otra… Y tú me viste, y te di miedo. Te di miedo. Sería mi jersey y mi camisa, que me hacían muy repelente. ¿Quién nos iba a decir que al final acabaríamos hablando tanto, compartiendo nuestros nervios por irnos y quedando con todos nuestros gaditanos?
Amor mío, felicidades por tu cumpleaños. Apenas nos conocemos desde hace meses, que no son nada comparados con diecisiete años, pero espero que sigamos siendo amigos y haciendo cosas por Cai mucho tiempo. Espero que estos años te traigan más ganas y más fuerza, más alegría, más Lydia, en general. Que a mí no me gusta el vino, pero que seguro que estás mejor cuanto más tiempo tienes.
Te quiero ver pronto y te voy a ver pronto. Será un día, pero después de Canadá habrá muchos, y habrá una barbacoa. Conmemoraremos aquel día loco en el que sabíamos que nos íbamos, y en el que lo compartimos juntos. Besos desde Sooke.
Y la cosa sigue...

1 comentario:

  1. Ni con droga ni con amor se me viene a la cabeza como daros las gracias. A los dos ( atención que acabo de poner Biene en vez de viene porque he dicho que bien es con v... ).

    Paloma, que tu y yo no terminamos siendo amigas ni en las películas de Disney, y míranos ahora.
    Marcos, a ti te debo más de lo que te crees. Mi casa es tu casa, barbacoas para todos en cuanto volvamos.

    Un besazo enorme, la habéis vuelto a liar bien

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